Una sola palabra es la historia de una convalecencia en la que Celia intentará rehabilitarse, volver a la normalidad después del ictus, del largo tiempo en coma y del despertar con una amnesia profunda y selectiva. También es la historia de un redescubrimiento, el de su entorno y sus hábitos, a partir del cual puede reconstruir el mundo en que ha vivido, saber quiénes son los que la rodean y, en definitiva, descubrir quién fue ella, porque ahora, definitivamente, ya es otra. Periodista, divorciada, con dos hijos, una nieta, un perro fiel y una asistenta centroamericana, Celia tiene leves recuerdos plácidos, pero en lugar de nubarrones en su vida no encuentra sino vacíos. Y con la apremiante necesidad de reconstruir su biografía y de encontrar la contra-seña con la que abrir sus escritos, Celia viajará con su hija a su casa en la playa, a Zaragoza, a París, donde sabe que fue feliz.