El resultado es una mirada exhaustiva sobre la película que no solo marcó a Macchio sino que ejerció una enorme influencia en todo el mundo. Además de compartir las historias de sus primeros pasos tras las cámaras, su inocencia inicial, el proceso de audición, sus experiencias trabajando con Pat Morita, Elisabeth Shue y William Zabka y mucho más, Macchio describe también el nacimiento de algunos de los momentos más icónicos de la película, incluyendo la creación de la famosa patada de la grulla y las conmovedoras escenas que revelaron la intrigante historia del Señor Miyagi.