Lucien lo tiene todo, est225; en la cima de su profesi243;n. Novelista reconocido, autor de 233;xito, viajero incansable que ha recorrido medio mundo y ha saboreado la miel de la espiritualidad en sus labios, es, a pesar de todo, un hombre profundamente insatisfecho. Se ha dejado deslumbrar por los neones de la fama s243;lo para comprobar que esa ef237;mera luz no llenaba el vac237;o que crec237;a en su interior, un vac237;o existencial dif237;cil de soportar.
"De nuevo te has perdido en tu b250;squeda, Lucien, te has dejado atrapar por la maya. La m225;s h225;bil y perversa prestidigitadora, que vela la visi243;n, enturbia la mirada, distorsiona la percepci243;n. Es un dulce veneno que intoxica las c233;lulas del cerebro y hace que nos obsesionemos por lo m225;s insustancial e innecesario."